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Cómo soltar el pasado sin sentir que estás huyendo de él

¿Te sientes atrapado/a en recuerdos del pasado que no te dejan avanzar?¿Notas que, aunque quieres seguir adelante, hay algo en ti que sigue aferrado a lo que fue?


Muchas veces, intentamos “pasar página” negando lo que sentimos, pero eso solo nos lleva a vivir en una lucha interna entre lo que queremos dejar atrás y lo que aún nos pesa.


Soltar el pasado no significa huir de él ni pretender que nunca sucedió. Se trata de integrarlo, aprender de lo vivido y decidir que el presente y el futuro merecen más protagonismo que lo que quedó atrás.


Hoy vamos a ver cómo dejar atrás el pasado sin sentir que estás huyendo, sino que estás cerrando ciclos de forma saludable y consciente.



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1.Comprende qué significa realmente soltar el pasado (y qué no lo es)


Antes de empezar a soltar, necesitas entender qué significa realmente dejar ir y qué errores cometemos al intentar hacerlo.


Lo que NO es soltar el pasado:

  • Fingir que no pasó.

  • Minimizar lo que sentiste o sigues sintiendo.

  • Reprimir emociones para que “dejen de doler”.

  • Culparte por no “superarlo” rápido.


Lo que SÍ es soltar el pasado:

  • Aceptar lo vivido sin que eso defina tu presente.

  • Aprender de la experiencia sin quedarte atrapado/a en ella.

  • Darte permiso para sentir, pero sin permitir que esos sentimientos controlen tu vida.


Ejemplo real: Carla estuvo en una relación tóxica durante años. Cuando terminó, se prometió que “nunca más pensaría en él” y bloqueó cualquier recuerdo de esa etapa. Pero cada vez que alguien mencionaba el tema, sentía ansiedad y rabia. El problema no era que “recordara”, sino que nunca había procesado realmente lo que vivió. Soltar el pasado no es enterrarlo, sino enfrentarlo sin que duela de la misma manera.



2.Identifica lo que te sigue atando al pasado


Muchas veces, queremos soltar pero seguimos enganchados/as sin darnos cuenta.


¿Cómo saber si sigues atrapado/a en el pasado?

  • Sigues dándole vueltas a lo que pasó, imaginando escenarios diferentes.

  • Hay situaciones o personas que te disparan emociones intensas (enojo, tristeza, culpa).

  • Tomas decisiones basadas en evitar que “se repita lo mismo”.

  • Comparas constantemente el presente con el pasado.

  • Ejemplo real: Mario dejó un trabajo donde fue maltratado laboralmente. Ahora, cada vez que su jefe actual le da una indicación, siente que lo están atacando y se pone a la defensiva. No es que su nuevo jefe sea igual, sino que Mario sigue viviendo en alerta por lo que vivió en su trabajo anterior.


Ejercicio: Escribe las situaciones que aún te generan emociones fuertes.

Pregúntate: ¿Qué parte de mí sigue atrapada ahí? ¿Qué necesito para cerrar ese capítulo?



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3.Procesa lo que sientes en lugar de reprimirlo


Uno de los mayores errores que cometemos al querer “soltar” es intentar apagar las emociones en lugar de sentirlas y entenderlas.


Pasos para procesar el pasado sin quedarte atrapado/a en él:

  • Ponle nombre a la emoción: ¿Es tristeza, rabia, culpa, miedo?

  • Expresa lo que sientes: Puede ser escribiendo, hablando con alguien de confianza o en terapia.

  • Pregunta a tu emoción qué necesita: En lugar de ignorarla, pregúntate: ¿Qué mensaje me está dando este sentimiento?


Ejemplo real: A Lucía le dolía recordar su adolescencia porque sus padres eran muy críticos con ella. En lugar de ignorar ese dolor, empezó a escribir cartas (que nunca enviaría) diciéndoles todo lo que nunca pudo expresar en su momento. Con el tiempo, esa carga emocional se fue aligerando.



4.Aprende a distinguir entre soltar y huir


Muchas veces, creemos que hemos superado algo porque hemos cortado todo contacto con ello, pero en realidad solo estamos huyendo.


Diferencias entre soltar y huir:

  • Soltar: Aceptar lo vivido, darle un significado y seguir adelante sin resentimiento.

  • Huir: Cortar todo contacto o evitar cualquier pensamiento sobre el tema, sin haberlo procesado realmente.

  • Ejemplo real: Javier tuvo una mala relación con su madre y, en un arrebato, decidió cortar todo contacto con ella. Al principio, sintió alivio, pero con el tiempo apareció la culpa. Se dio cuenta de que no quería alejarse por completo, sino poner límites sin romper la relación. Aprendió que soltar el pasado no significaba eliminarlo, sino redefinir la relación para que dejara de hacerle daño.



5.Cambia tu diálogo interno sobre lo que viviste


El modo en que hablas de tu pasado define si sigues atrapado/a en él o si lo has integrado.


Ejemplo de cambio de narrativa:

❌ “Fui un fracaso en esa relación” → ✔️ “Esa relación me enseñó lo que no quiero en el futuro”.

❌ “Si no hubiera cometido ese error, todo sería diferente” → ✔️ “Ese error me ayudó a crecer y tomar mejores decisiones ahora”.


Ejemplo real: Andrea perdió una gran oportunidad laboral porque no se atrevió a postularse. Durante mucho tiempo, se repetía “Soy una cobarde, nunca voy a tener éxito”. Cuando empezó a cambiar su diálogo interno por “Ahora sé que tengo que arriesgarme más, y la próxima vez lo haré diferente”, dejó de ver el pasado como un peso y lo convirtió en una lección.



6.Crea un cierre simbólico para despedirte del pasado


A veces, necesitamos rituales simbólicos para marcar el final de una etapa y decirle a nuestro cerebro que es hora de seguir adelante.


Ideas para un cierre emocional:

  • Escribir una carta de despedida a tu “yo del pasado” o a la persona/situación que aún te afecta.

  • Crear un collage o diario visual con imágenes de lo que quieres para tu futuro.

  • Hacer una acción concreta que simbolice el cierre (como donar objetos de una relación pasada).


Ejemplo real: Marta tenía una caja llena de recuerdos de su ex, y aunque decía que lo había superado, cada vez que la abría, revivía la relación. Cuando finalmente decidió deshacerse de esos objetos, sintió un peso menos. No porque quisiera olvidar, sino porque ya no necesitaba aferrarse a ese pasado.



Conclusión: el pasado no se borra, pero tampoco define tu presente


Dejar ir el pasado no es olvidarlo, sino aprender a vivir con su recuerdo sin que controle tu vida.


  • No se trata de negar lo que pasó, sino de aprender de ello.

  • No se trata de cortar con todo, sino de integrar lo vivido de forma saludable.

  • No se trata de huir, sino de caminar hacia adelante con más claridad y menos carga.


Si sientes que el pasado sigue pesando demasiado y te cuesta avanzar, podemos ayudarte.


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“El pasado es un lugar de referencia, no de residencia.” - Anónimo.

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