Despertarse sin posponer alarmas, desayunos a pie de playa, escuchar las olas rompiendo en el norte, terrazas al sol, decir que sí a todos los planes, disfrutar de la familia, disfrutar no haciendo nada, trasnochar sin que importe qué hora es… Estos son algunos de los placeres que nos da el verano, y seguro que se te han pasado por la cabeza muchos más.
Pero, estando a pocas semanas de que empiece septiembre, ¿quiere decir que con el fin del verano estos ratitos de disfrute desaparecen también? ¡Error si has pensado que sí!
En el post de hoy te hablaré de cómo seguir disfrutando en la vuelta a la rutina de aquello que más nos gusta y que nos permite hacer el tiempo libre del verano. También te hablaré de la importancia del autocuidado y de cómo equilibrar adecuadamente la vida personal y la vida profesional.
Equilibrio y autocuidado: ¿por qué son importantes?
Cada año el verano nos ofrece algo a lo que le damos mucha importancia cuando carecemos de ello: el tiempo. El verano nos ofrece ese tiempo libre del que llegamos tan pobres cuando empieza junio, tiempo libre para desconectar de la rutina de todo el año, tiempo para viajar, para reír con amigos, retomar aquello que habíamos abandonado…
Con este regalo de tiempo libre el verano también se convierte en una oportunidad de oro para ocupar ese tiempo en algo muy beneficioso para ti: el autocuidado. El autocuidado es escucharse a uno mismo, detectar tus necesidades y poner en práctica aquello que te ayude a cubrirlas y a sentirte bien.
En realidad, nos cuidamos a nosotros mismos cuando dedicamos tiempo a hacer actividades que nos hacen disfrutar, cuando piensas en ti y eres consciente de cómo te beneficia ese cuidado que te dedicas.
Te pondré un ejemplo, ¿normalmente sueles dejar que tu móvil o tu ordenador sigan funcionando con un 5% de batería hasta que se le agote por completo, o los cargas antes de que eso pase? Con nosotros debería ocurrir lo mismo. Cuando notas que tus pilas se desgatan y que no puedes más, deberías parar y darte aquello que te ayude a revivir y a recargar fuerzas, en lugar de continuar con aquello que te desgasta.
Nos cuidamos a nosotros mismos cuando piensas en ti y eres consiente de cómo te beneficia ese cuidado.
¿Por qué es tan importante el autocuidado entonces?
Hay días que dedicarse tiempo a uno mismo parece imposible entre tantas cosas que hacer.
Sentimos que estamos hasta arriba de responsabilidades y que sería una locura parar 15 minutos a pasear o a ver un capítulo de tu serie. Sin embargo, aquí la única locura sería no percibir el autocuidado como una verdadera obligación.
Estamos impulsados a pensar que parar un rato a descansar haciendo algo que nos gusta o nos anima para después seguir estropearía nuestra productividad, pero, en realidad, si no paramos estamos contribuyendo a ser menos productivos.
La única locura sería no percibir el autocuidado como una verdadera obligación.
Como mencionaba en el ejemplo anterior, si sigues consumiendo tu energía cuando apenas te quedan fuerzas estarías aumentando tus niveles de estrés y de ansiedad.
Puede que empieces a contestar mal a la persona que te pregunte amablemente cómo vas con el trabajo. A lo mejor empiezas a sentir que cada vez te cuesta más concentrarte, puede incluso que el tic en el ojo que empiezas a notar perturbe aún más tu intento de concentración. Solo añadir que, al irte por fin a dormir, puede también que duermas peor que ningún otro día.
Estos serían algunos ejemplos del impacto negativo que puede tener en ti la falta de autocuidado. Sacar un momento para parar y recargar pilas te haría volver al trabajo con más energía y ser más productivo. Además, introducir el autocuidado en tu rutina de forma correcta te ayudaría a equilibrar la vida personal y profesional el resto del año, en lugar de solo pensar en ti los meses de verano.
¿En qué nos puede ayudar el autocuidado?
Cuando llevamos a la práctica el autocuidado y realizamos actividades que nos hacen disfrutar, estamos generando numerosos beneficios para nuestra salud mental.
Realizar actividades que disfrutamos nos ayuda a:
Liberar estrés: te permite evadirte de tu mente y te distrae momentáneamente de las exigencias, las responsabilidades, los problemas…
Descansar: parar y tomar un descanso te ayuda a recargar las pilas y a volver a la rutina con la mente despejada y renovada.
Experiencias y crecimiento: a veces disfrutas haciendo actividades nuevas que pueden animarte a crecer y a salir de tu zona de confort, dotándote de herramientas para afrontar escenarios de vida nuevos.
Satisfacción personal: hacer lo que te gusta muchas veces te permite descubrir aquello que se te da bien. Es muy beneficioso dedicar tiempo a hacer aquello que se nos da bien y auto-observar los propios logros.
Equilibrio personal y profesional: practicar habitualmente actividades que disfrutamos nos impulsa a querer seguir haciéndolas con frecuencia. Esto te ayuda a buscar huecos en tu rutina diaria para compaginar obligaciones y responsabilidades con momentos de descanso, de disfrute y de liberación de estrés.
¿Cómo podemos fomentar el autocuidado y el equilibrio personal y profesional?
Para fomentar el autocuidado es importante sacar tiempo para ello y entenderlo como una responsabilidad más en nuestra rutina. Si te cuesta verlo como una obligación, puedes intentar focalizarte en los beneficios ya mencionados que te generará dedicarte unos minutos en tu día a día, y ser también consciente de cómo te ayudará a afrontar mejor el resto de las responsabilidades.
Puedes encontrar hábitos de autocuidado al hacer una actividad que te gusta (como pintar, bailar, meditar, ver una serie, leer), pidiendo ayuda si lo necesitas, marcándote metas que te motivan, poniendo límites con aquello que te hace sentir incómodo, rechazando lo que no te gusta…
Pero ¿cómo lo puedes introducir en tu vuelta a la rutina? ¿cómo puedes autocuidarte si el verano se acaba y con él se va también tu tiempo libre?
A continuación, te hablaré sobre cómo lograr de forma sencilla este equilibrio entre la vida personal y la vida profesional, aún acabándose el verano.
Aunque sientas que todas las tareas son igual de importantes, a veces no todas tienen la misma urgencia.
Tres pasos para lograr un mayor equilibrio entre la vida personal y profesional:
1. Organiza tu tiempo:
cuando sientas que tienes muchas obligaciones por hacer y poco tiempo, organizarlas en función de su importancia antes de empezar con ellas.
Tener claro cómo empezar te ofrece control sobre la situación y te facilita ponerte a ello.
No olvides que aunque sientas que todas son igual de importantes, a veces no todas tienen la misma urgencia (por ejemplo, una tarea importante puede ser para dentro de 3 horas y la otra para mañana).
2. Aprovecha el tiempo:
es importante que el tiempo que estás dedicando a una tarea lo aproveches para hacer esa tarea, pero tanto si es una responsabilidad laboral como si se trata de tu descanso.
Evita procrastinar. Esto facilitará que cumplas la organización de tareas que te habías propuesto, te ayudará a avanzar y a sentirte satisfecho contigo mismo.
3. Autocuídate:
No olvides parar y descansar.
Lo bueno de los descansos es que nuestro cerebro desconecta rápidamente cuando realizas actividades que disfrutas.
Por eso no es necesario que si dedicas una hora y media a trabajar o a estudiar dediques también una hora y media a descasar, sino que con 15 minutos sería suficiente. En este breve periodo tiempo podrás desconectar, liberar estrés y sentirte menos agobiado para afrontar de nuevo lo que falte por hacer.
En resumen, es importante entender que la productividad es posible gracias a uno mismo.
Tú haces posible que la larga lista de obligaciones por hacer vaya siendo completada con éxito, pero para ello necesitas estar preparado y con las pilas suficientemente recargadas.
Por eso, te invito a que añadas a tu lista de tareas el autocuidado, a que dediques varias veces 15 minutos a hacer aquello que más te gusta y que esté a tu alcance en ese tiempo. Y si alguien te pregunta cómo cometes la locura de sacar tiempo para ti teniendo tantas cosas que hacer, te animo a que le respondas que la locura sería no parar cuando lo necesitas.
Incluye el autocuidado a tu rutina diaria y disfruta equilibrando tu vida personal con tu vida profesional.
Si te ha gustado no olvides compartirlo para que pueda llegar y ayudar a otras personas.
Te recomendamos que para poner en práctica el autocuidado y para comenzar a equilibrar tu vida personal con tu vida profesional eches un vistazo alguno de los posts que están publicados. Más abajo te recomendamos algunos que quizá pueden interesarte.
Si lo necesitas, también puedes contactar con nosotr@s en privado a través del formulario de contacto que encontrarás en la página web o mandando un email a contacto@tuconsultaonline.info
¡Gracias por leernos! Hasta la próxima.
Si te has sentido identificado/a con este artículo y quieres dar el paso de iniciar proceso terapéutico, puedes contactar con el equipo de TCO Psicología y Coaching: Tu bienestar es nuestro compromiso.
Comments